Ciencia, comunidad y museos: reflexionando sobre el pasado en las escuelas rurales

Un grupo de científicos trabaja en equipo para hacer llegar a colegios de la zona el conocimiento que existe en el Museo de Necochea.


El proyecto se organiza desde el Área de Arqueología y Antropología de Necochea (CONICET) y el Área de Museos Municipales de la misma ciudad, y fue ganador de la convocatoria internacional “Programa de formación, asesoría e intercambio profesional para museos e instituciones culturales de Argentina”, a cargo del Ministerio de Cultura (Secretaría de Patrimonio Cultural, Dirección Nacional de Museos) de Argentina; el Smithsonian Institution de Washington DC y la Embajada de Estados Unidos en Argentina.

Desde finales del 2018 el grupo interdisciplinario formado por Mariano Colombo, investigador asistente del CONICET, junto a la diseñadora Pilar García, el estudiante de Historia, Iván Quattrini, las profesoras Valeria Lukezic y Sandra Torres, la antropóloga Lourdes Poujol y la arqueóloga Agueda Agueda Caro Petersen –directora de los Museos; y el equipo del Área de investigación en Arqueología y Antropología de CONICET formado por Nora Flegenheimer, Natalia Mazzia, Celeste Weitzel, Valeria Elichiry, Selene Arislur y Franco Pazzi, comenzaron a planificar el proyecto, la propuesta pedagógica y los materiales didácticos para el trabajo en el aula.

“Este es un proyecto de investigación-acción participativa. Se enfoca en un programa educativo en escuelas primarias rurales de cuatro partidos de la provincia de Buenos Aires para vincular el patrimonio arqueológico depositado en los museos urbanos de la ciudad de Necochea con las personas que habitan las pequeñas comunidades ubicadas en las cercanías de los sitios donde ese patrimonio se originó, en el paisaje serrano del centro de Tandilia. Ese hábitat es compartido entre los chicos y chicas que asisten a las escuelas rurales y las personas que transitaron los mismos cerros, arroyos y llanuras desde hace más de 14.000 años, ya que las sierras son unos de los sectores menos alterados de la geografía pampeana”, explica Mariano Colombo.

Durante 2019 se realizaron los encuentros educativos y el registro de las actividades en las escuelas EEP n°16 “José Hernández –Claraz, de Necochea- y EEP n° 34 “José Belmonte” –paraje Puerta del Diablo de Lobería, y esperan sumar dos nuevos establecimientos para el 2020, además de realizar el montaje y exposición de la muestra itinerante. Colombo relata además que el proyecto implica una larga serie de encuentros educativos donde se busca respetar las ideas y conocimientos de los participantes, para luego componer una muestra museográfica itinerante en conjunto con los alumnos y docentes.

Plazas, clubes, gimnasios y escuelas de las pequeñas comunidades del interior de los partidos de Necochea, Lobería, Benito Juárez y Tandil, así como también en los museos urbanos más grandes, son los espacios donde el trabajo de investigadores y estudiantes se pone en común con la comunidad para completar el ciclo y volver a los lugares donde hoy los bienes arqueológicos se encuentran depositados.

“Este proyecto es significativo porque es una acción de inclusión educativa, ya que a las escuelas rurales muchas veces no les llegan los mismos programas estatales que a las urbanas. Los chicos y chicas que asisten allí viven y conocen un paisaje que es poblado hace miles de años, pero carecen de la información específica para reflexionar e imaginar sobre ese pasado, del que también son herederos. En el campo los chicos reconocen los ciclos anuales, estacionales, diarios, en cuanto al comportamiento de animales, luz, agua y vegetales y poseen conocimientos situados para ayudarnos a los investigadores a pensar e imaginar cómo podría haber sido parte de ese pasado: ¿por qué no tener en cuenta lo que cree un chico que vive en el Cerro El Sombrero, sobre cómo podrían haber jugado los chicos del pasado, en el Cerro El Sombrero?”, asevera entusiasmado Mariano.

Para lograr estos objetivos “es muy importante la buena recepción y predisposición de María José Juárez, Cintia Iborra, Claudia Teruggi y sus compañeras, docentes y directivas de las escuelas participan del programa, así como todos los alumnos y alumnas que encuentro tras encuentro se interesan, aprenden y transmiten sus conocimientos” afirma el investigador.

Y concluye: “Es importante para mí la posibilidad de obtener información científica de la forma en que los chicos y niñas reflexionan sobre el pasado y del modo en que conciben el patrimonio que los rodea, a la vez que llevamos adelante un programa de educación y conservación de los sitios arqueológicos e históricos, en entornos que se encuentran bastante alejados de otros espacios y programas estatales. Además, en lo personal llevar adelante este proyecto me permite combinar las distintas instancias de formación que tuve durante mi carrera, en distintos espacios públicos”.

El Área de Museos Municipales en la que el equipo de trabajo está inserto viene desarrollando diversas acciones desde la museología social y crítica, con nuevas salas y propuestas orientadas a problemáticas de relevancia actual para la ciudad de Necochea. Por otro lado, desde el espacio de investigación del CONICET vienen realizando acciones vinculadas con la comunidad, tanto de extensión, como de educación en distintos ámbitos como obras de teatro, documentales, trabajos en barrios y comedores escolares.