Cuestionar los límites de lo natural y lo artificial como premisa

Los objetos, las acciones, la naturaleza y la artificialidad: ¿dónde empieza la intervención humana y dónde termina? ¿cómo puede la Filosofía contribuir con soluciones a problemas actuales como la crisis ambiental o la posible dominación de la inteligencia artificial? Un grupo de investigación interdisciplinario del CONICET y la UNMDP, tiene la mirada puesta en estas preguntas y otras mucho más profundas.


Existe un mundo paralelo a la realidad, a lo concreto, a lo material. Un mundo donde existe una infinidad de preguntas y cuestionamientos que generan más preguntas y otras certezas. Ese mundo vinculado a la Filosofía trabaja conceptos que cuestionan lo dado, que van a la raíz, que ponen la mirada en las sombras, en los intersticios. Desde la Filosofía de la Técnica trabajan preguntas como ¿Qué es la naturaleza? ¿Somos cyborgs? ¿Hasta dónde algo es natural y donde comienza la intervención humana? Y un sinfín de preguntas en cadena con el inmenso objetivo de problematizar para generar posibles respuestas a problemas contemporáneos como las crisis ambientales o los usos de la inteligencia artificial y la tecnología.

En Mar del Plata, un grupo formado por becarios e investigadores de la Filosofía, de las Ciencias Sociales e ingenieros agrónomos del CONICET vinculados en el proyecto de investigación “Cultura material, agencia y prácticas” (CMAP)  se reúne, discute, profundiza, publica glosarios y difunde a través de podcast y otras acciones comunicacionales, conceptos para cuestionar las prácticas y construcciones humanas sobre sí mismas, para acercarse así a posibles miradas y soluciones sobre problemáticas actuales.

El proyecto CMAP se formó en 2018 y son once integrantes sumando estudiantes de grado, graduados, y doctorandos. Sus miembros son Diego Parente, director del mismo junto a Ernesto Román, Ayelén Cavalli y Nahir Fernández, becarios del grupo. También forman parte Tomás Carrozza, Luciana Zacchi, Claudia Conti, Matías Cristini, Ana Alvarez, Micaela Cauhapé, Martina Schilling y Soledad García Denner. El proyecto está radicado en el Grupo de investigación “Problemas de Filosofía contemporánea”, de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y tiene lugar de trabajo en la Asociación Argentina de Investigaciones Éticas (AADIE).

El logo del proyecto ya es un cuestionamiento en sí mismo: una tetera disfuncional, porque posee el asa en el lugar donde debería salir el agua caliente, es decir que es imposible usarla como tetera.  Nahir Fernández señala: “Se concibe como un objeto imposible o un mal diseño. Y eso en la cultura material tiene un significado ya que es la paradoja de los objetos mal diseñados. Además, representa también un problema de Filosofía de la Técnica”.

“La Filosofía de la Técnica es un campo interdisciplinario. Incluso hacia adentro de la Filosofía se lo considera “un bicho extraño”. Es un campo emergente, comparado con otros, nuevo en el sentido filosófico ya que las disciplinas antiguas tienen más de 2500 años”, explica Román.

Y Parente agrega: “Son problemas vinculados a un área muy particular, los objetos técnicos, que existen desde siempre con nosotros, pero sobre los que no solemos hacer preguntas sistemáticas. Sin embargo, el mundo artificial de hoy nos obliga a hacerlas”.

Existen tres preguntas básicas sobre las que se trabaja en la Filosofía de la Técnica: problemas epistemológicos, prácticos o políticos y ontológicos. “Hay cuestiones sobre cómo son las cosas, es decir sus aspectos ontológicos, otros éticos sobre qué problemas de diseño existen, qué complejidades genera para ciertos grupos sociales por ejemplo y, aspectos epistemológicos sobre qué tipo de conocimiento engloba un diseño, es decir qué significa saber construir esto, saber usar un determinado objeto. Dentro de este campo disciplinar se refieren a objetos y a técnicas que permiten la construcción de ese objeto y también al know how que permite el uso de los mismos. La Filosofía de la Técnica engloba estas tres grandes aristas”, añade el investigador.

Ingresar a problemas filosóficos con este tipo de cuestionamientos interpela directamente sobre los límites entre lo natural y lo artificial. “Esto tiene usos sociales muy potentes como decir “vamos a frenar la explotación de ciertos objetos porque es antinatural” y esto se cuela hasta en discursos políticos sobre los recursos naturales, por ejemplo. Un bosque patagónico donde los arboles fueron traídos de Europa ¿es un lugar a conservar porque es natural o es un paisaje que consideramos artificial por lo tanto no hay que conservarlo? Son preguntas que nos hacemos en esta disciplina”, ejemplifica Román.

Y continúa: “Definir los objetos ya es una intervención filosófica. Uno puede pensar que las vacas son artefactos y que hasta uno mismo, en la corporalidad lo es”. Los animales pueden ser considerados, de hecho, bioartefactos, una categoría bastante novedosa, que plantea la difuminación en las fronteras entre lo natural y lo artificial. Otro ejemplo: una planta es considerada un objeto natural pero colocado en el living de una casa en una maceta especifica como algo decorativo sufre una “artificialización” por la funcionalidad que tiene.

Cavalli manifiesta que “éstas son discusiones políticas y económicas en el marco de un desarrollo tecnológico productivo y un modo de producción capitalista. Eso es parte de lo que problematizamos también”. Y Parente suma: “En general la Filosofía de la Técnica trata de volcarse al debate político. Hay situaciones sociopolíticas especificas donde la Filosofía puede transformarse en una herramienta de mucha utilidad, por ejemplo, en los conflictos con pueblos originarios, porque permite un diálogo y una construcción conjunta de los conceptos y categorías”.

A veces problemas muy concretos tienen preguntas de fondo y de largo plazo que llevan a debates profundos y es allí donde la filosofía dialoga y contribuye a generar esta relación de ida y vuelta, de allí el concepto de lo “dialéctico”.

Parente puntualiza: “No se puede disociar la eficacia de las políticas públicas y de las intervenciones de nuestras conceptualizaciones y puestas de término de los problemas. Esto último es constitutivo de qué medio elegimos para solucionar un problema. Si no veo algo como problema, no lo voy a solucionar y mucho menos cuestionar”. Y Cavalli agrega “tenemos un compromiso ético político. No pensamos en abstracto, no estamos en el medio de la nada. Nuestro pensar está situado en un contexto concreto y desde un lugar y un rol social especifico. Trabajamos en generar una caja de herramientas conceptuales para problematizar y tener un pensamiento crítico para desnaturalizar y cuestionar lo dado”.

Otro de los conceptos fundamentales que aborda el grupo es la “cultura material”. Según Parente este es un super término que se utiliza como sustituto de Filosofía de la Técnica porque “la cultura material incluye prácticas, know how y a su vez es más interdisciplinar desde el punto de vista que trata con híbridos”.

Los híbridos son conceptos como el antropoceno o el calentamiento global, donde categorías dualistas tradicionalmente usadas por el pensamiento moderno para pensar la realidad, se mixturan, se fusionan, es decir, donde están presentes los conceptos de naturaleza y artificialidad al mismo tiempo o no están claros los límites entre una y otra.

También sucede que cuando se habla de cultura hay una tendencia a pensar en cosas abstractas: lenguajes, ideas, tradiciones, pero hay algo por debajo de eso vinculado a la materialidad, que está siempre presente en las prácticas culturales.

Como ejemplo claro, dentro del grupo, Cavalli hizo su Licenciatura en Relaciones Internacionales, está realizando su Doctorado en Ciencias Sociales, su codirector es un antropólogo y realiza trabajo de campo con comunidades originarias. En este sentido relata que: “Aunque los debates sobre qué es naturaleza y qué es tecnología o lo artificial puedan parecer abstractos, cuando por ejemplo le pregunto a los protagonistas de la comunidad originaria de Yacyretá qué es la naturaleza para ellos por un conflicto tecnológico ambiental concreto, me responden “No te podemos traducir porque la palabra naturaleza no existe en guaraní”.  Entonces ahí uno se da cuenta que es un problema occidental, moderno y que tiene una historicidad y consecuencias políticas concretas en la vida cotidiana de las personas. Entonces, esto que parece tan abstracto como definir la naturaleza, tiene consecuencias directas en la vida de las personas porque habilita o no formas de existencia en el mundo”.

De esta manera, el grupo plantea que lo que está de fondo es la separación entre naturaleza y tecnología, donde empieza y donde termina algo.  Y ahí también se inmiscuye lo hibrido y las preguntas sobre los límites entre cada una.

Román ejemplifica con los organismos cibernéticos o cyborgs, que socialmente se relaciona a las películas de ciencia ficción donde hay personas con partes robóticas. “Nosotros tratamos de pensarlo desde una perspectiva más amplia donde yo, por ejemplo, andando en bicicleta, soy una especie de cyborg, porque la agencia de transportar no la realizo yo únicamente teniendo como vehículo pasivo a la bicicleta, sino que lo que se mueve es el ensamble o la red. Somos cyborgs innatos, no hay que ir a Terminator para ver esos ejemplos”.

Otro de los términos que de hecho se encuentra en el nombre del proyecto es la palabra “agencia” que es un concepto más amplio para definir una acción y que contiene en sí misma un proceso. Nahir Fernández explica que “en la agencia puede haber intervención humana y no humana como la puerta, una planta, un rio; como la capacidad de generar un efecto en otros”.

Con respecto a la metodología de trabajo del grupo, se manejan a través de interproyectos. Cada dos meses, uno de los proyectos del grupo dialoga con otro de una disciplina diferente como Antropología, Historia, Letras. Se aborda una problemática en común y se enriquece a través de las diferencias en las perspectivas, tanto de la UNMDP como de otras. El trabajo o la dinámica del grupo es reunirse semanalmente, lectura y discusión de textos, presentación de temas propios para discutir y la finalidad también es presentar trabajos en congresos nacionales e internacionales, lo cual hace que el espacio de debate sea una especie de entrenamiento para llevarlo a distintos lugares después.

El grupo tiene un sitio web (https://proyectocmap.wordpress.com/ ), un canal de Youtube (https://www.youtube.com/channel/UCJQyNzIxgM7x7-bElmhFuNw ) y recientemente inauguraron un ciclo de podcast en Spotify. https://open.spotify.com/show/36YC6PFjSd45ruSmYIh8LH . También varios de sus integrantes han motorizado y contribuido con sus entradas al Glosario de Filosofía de la técnica, un volumen publicado por editorial La cebra en 2022 que reúne más de 120 conceptos cruciales del área disciplinar.

Nahir resume el trabajo cotidiano del Proyecto CMAP con un claro ejemplo: “Hay un episodio de una serie que se llama “Cowboy Bebop” donde un personaje tiene la infeliz tarea de cartografiar un planeta que está constantemente bombardeado por asteroides. Entonces, su territorio y área de estudio cambia continuamente”.  Con ese ejemplo se termina de visualizar el trabajo de este grupo de investigación: cuestionar lo dado para construir, desnaturalizar y re-cuestionar lo construido para volver a desarmarlo. Una y otra vez.

 Por Sabrina Aguilera para el CONICET Mar del Plata