Esta variedad de hongos pueden ser colectados directamente de los suelos para aislarlos, caracterizarlos y, luego, usarlos como inoculantes biológicos en sus sistemas agrícolas, proporcionando mejoras en los suelos y en las plantas. “También son capaces de aumentar la fertilidad y biodiversidad, lo que produciría como resultado una menor utilización de insumos químicos y en consecuencia, en costos de producción”, indica Covacevich.
De esta primera misión en Etiopía participaron además, Mariana Puente, del Laboratorio de Bacterias Promotoras del Crecimiento Vegetal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Carla Loughe, del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
“Etiopia es muy diferente a otros lugares que conocí. Creo que este proyecto puede promover el crecimiento y el progreso de las actividades económicas del lugar”, manifiesta la investigadora.
Durante los primeros días del viaje, las representantes argentinas visitaron institutos, laboratorios y universidades de la ciudad para conocer sus líneas de investigación y establecer los objetivos de la misión. Algunos de los lugares que recorrieron fueron el Instituto de Biotecnología de Etiopia (EBTI), el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MOST), la Universidad de Addis Ababa (AAU), entre otros.
La visita finalizó con una reunión junto a los directivos e investigadores del EBTI para identificar las facilidades y potencialidades de trabajo y desarrollo en los lugares visitados y planificar las actividades y misiones siguientes.
El FO.AR tiene como objetivo construir lazos de cooperación y desarrollo, promoviendo el intercambio de conocimiento, tecnologías y buenas prácticas entre Argentina y otros países para optimizar el uso de los recursos humanos y financieros.
Los campos de aplicación del programa en Argentina se clasifican en diferentes categorías como por ejemplo: Educación y Cultura, Salud, Medio Ambiente y, Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, entre otros.