Agustina Catalano es becaria del CONICET, trabaja en el Instituto de Investigaciones sobre Sociedades, Territorios y Culturas (ISTEC) de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), se graduó de Profesora y Licenciada en Letras en la UNMDP y de Doctora en Letras en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). La especialista investiga sobre obras que han estado al margen de la tradición literaria. Explora los modos en que una serie de escritoras y activistas mujeres cuestionan, desafĆan o fisuran el imaginario de la revolución y el compromiso polĆtico en los aƱos 60-70. Previamente en su tesis doctoral trabajó sobre la obra del poeta y editor argentino Roberto Santoro.
Catalano indaga sobre sus configuraciones afectivas, sus cuestionamientos o lo que ellas hacen oĆr y ver, cuestiones relegadas o subestimadas por la Ć©pica revolucionaria, que enriquecen la experiencia polĆtica y las lecturas que se pueden hacer actualmente. āEs importante tener en cuenta que se trata de voces que fueron doblemente solapadas y silenciadas por el poder militar que persiguió a estas mujeres y las desapareció, fĆsica y simbólicamente, pero tambiĆ©n por las desigualdades de poder estructurales basadas en la diferencia sexual, que muchas veces los partidos o las organizaciones de izquierda terminaron reproduciendoā, explica la especialista.
Las autoras abordadas por Catalano son:
Ana MarĆa Ponce: una mujer que mientras estuvo secuestrada en la Escuela de MecĆ”nica de la Armada (ESMA) usó la mĆ”quina de escribir que le impusieron para que realizara trabajo esclavo, para hacer poemas. Muchos de ellos estĆ”n dedicados a su hijo y a su compaƱero. Sobrevivieron gracias a la ayuda y la valentĆa de dos amigas que estuvieron en cautiverio con ella.
Rosa MarĆa Pargas: otra mujer que tambiĆ©n escribió en el encierro, pero en su caso en la cĆ”rcel de Trelew, donde conoció a Alberto Camps a travĆ©s de un hueco que habĆan hecho en el piso para interconectar las celdas de mujeres con la de los varones. Sus escritos son de algĆŗn modo testimonio de ese amor en particular y de las configuraciones romĆ”nticas de la Ć©poca, donde se cruzan la imaginación religiosa y humanista del amor por el prójimo, con la Ć©tica militante y el amor de compaƱeros.
Mónica MorĆ”n: una poeta, titiritera, actriz y docente de BahĆa Blanca. Ella va trazando en su literatura una articulación bastante singular entre la vida, la polĆtica, el humor y la ternura, a partir de la presentación y el diĆ”logo entre varios personajes que podrĆan ser cualquier vecino o trabajador y a la vez son tan Ćŗnicos.
Luisa Marta Córica: una actriz, estudiante de FilosofĆa, sindicalista y militante platense. Su poesĆa tiene notas entre romĆ”nticas y existencialistas pero tambiĆ©n un anclaje muy fuerte al contexto histórico. Ella fue asesinada por la Concentración Nacional Universitaria (CNU) en 1975.
āTodas ellas compartĆan la misma edad, los mismos consumos culturales o referencias polĆticas, pero sus poĆ©ticas y sus circunstancias de escritura son bien diferentes. Una vez en una entrevista escuchĆ© decir a Albertina Carri que cada desaparecido/a merece una pelĆcula y creo que es cierto: cada historia, cada vida, cada obra tiene ribetes tan Ćŗnicos y tantas capas de sentido que es necesario puntualizar y desgranar con atención y detenimiento. Creo que ahĆ en esos detalles, en esas acciones o gestos que muchas veces parecen mĆnimos, es posible reconocernos y pensarnos como sociedad. Con la intensidad con que cada una llevó adelante su vida y sus ideas y en su literaturaā, sostiene la profesional.
Para Catalano cada una de las autoras puso en discusión, a su manera las contradicciones, los debates, las preguntas, los miedos y anhelos que las habitaron como militantes, trabajadoras, madres, compaƱeras, amantes y amigas. Sus textos complejizan los tópicos convencionalmente asignados a las mujeres o tildados de āfemeninosā āla maternidad, la pareja, la familia, lo domĆ©sticoā y ponen en disputa, al mismo tiempo, las formas de concebir y representar la violencia en Argentina y en AmĆ©rica Latina. Todos temas y dilemas, que hoy tienen plena vigencia, asĆ como los acercamientos o abordajes que las autoras proponen.
Al mismo tiempo, Catalano sostiene que investigar literatura estĆ” directamente relacionado con conocer y dar cuenta del acervo cultural y en consecuencia con la pregunta por la identidad. āEspecĆficamente cuando estudiamos a escritoras de las dĆ©cadas del 60 y del 70, estĆ” a la vista que es un tema en agenda, una etapa que a la sociedad le preocupa y le interesa muchĆsimo. La historiadora Claudia Hilb habla de un āpasado que no pasaā y me parece que este contexto en particular confirma que es asĆ. No dejamos de volver sobre los 70, de discutir como sociedad alrededor de ese momento tan sensible y que interpela tanto nuestro presente. Las categorĆas con las que pensamos ese pesado no estĆ”n dadas, no son ānaturalesā ni estĆ”n fijas sino que surgen justamente de las investigaciones y de la discusión pĆŗblicaā, aƱade Catalano.
āCreo que las voces de estas escritoras significan un aporte muy valioso para repensar los aƱos 70 y el contexto del terrorismo de estado, pero tambiĆ©n las vivencias de las mujeres dentro de una sociedad que les imponĆa un deber-ser determinado. Y dentro de la disciplina, sirve para repensar un poco la tradición literaria, en la cual primaron hasta hace muy poco los nombres masculinos. Pero ademĆ”s, Renee Epelbaum, una madre de plaza de Mayo planteaba que esas vidas tan particulares de los desaparecidos no deberĆan subsumirse bajo ninguna categorĆa abstracta, ni siquiera una tan potente como la del desaparecido. Justamente porque la desaparición fue el crimen de otros, no la identidad de Ā«nuestros hijosā. Me interesa poder integrar el contexto y lo que ocurrió sin que eclipse sus obras literarias por completoā, reflexiona la especialista.
Catalano indica que los resultados de investigaciones en este tipo de temĆ”ticas impacta en los programas de las materias de la carrera de Letras y en todos los niveles, abarcando primaria y secundaria, pero tambiĆ©n los libros que se consumen en momentos de ocio. Junto al interrogante sobre quĆ© leemos, o por quĆ© se lee este autor o autora y no a otro u otra. āY lo que es aĆŗn mĆ”s importante: cómo afectan e intervienen esas lecturas en nuestra interpretación histórica y colectiva del pasado. El 24 de marzo es una fecha en la que se ponen en juego esas interpretaciones respecto de lo que pasó entre 1976 y 1983. Hablar de estas escritoras es, entre otras cosas, ponerle un nombre, una historia, un cuerpo, una voz a las 30 mil personas desaparecidas, y a su vez nos lleva a pensar cuĆ”l fue el papel que desempeƱaron el arte y la literatura en ese contextoā, indica la doctora.
āUno de mis objetivos es que mĆ”s personas lleguen a estas autoras y las puedan valorar por encima de su condición de vĆctimas o de la dimensión testimonial y documental que sus obras por supuesto poseen. Digo, pensarlas mĆ”s allĆ” de eso, pensarlas como parte de la literatura argentina y latinoamericana, en diĆ”logo con otros escritores y escritoras, independientemente de los aƱos 70 o de la dictadura cĆvico-militarā concluye Catalano.