¿Qué sucede a nivel cognitivo luego de sufrir un Accidente Cerebro Vascular (ACV)? ¿Cuáles son los primeros indicadores de una demencia? ¿Cuáles son los componentes de nuestra mente? ¿Qué tipos de memoria existen? Las respuestas a todas estas preguntas son abordadas por la investigación en neuropsicología, que permite conocer más acerca de las dificultades que surgen como consecuencia de distintos trastornos neurológicos. Para ello es necesario realizar primero un diagnóstico correcto, utilizando las herramientas adecuadas.
Leticia Vivas, investigadora adjunta del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología (IPSIBAT-CONICET, UNMDP) centra su trabajo en el desarrollo y la adaptación de pruebas de evaluación neuropsicológica diseñando pruebas para evaluar funciones cognitivas como el lenguaje o la memoria. Las pruebas pueden ser completamente generadas o traducidas y adaptadas de otras ya existentes en otros países. El funcionamiento de las mismas es probado en personas con y sin alternaciones neuropsicológicas, y así se determina su efectividad.
El proyecto es llevado a cabo por un grupo de investigación interdisciplinario en el IPSIBAT, conformado por psicólogos, médicos, lingüistas, neuropsicólogos y fonoaudiólogos que trabajan de manera colaborativa con grupos de investigación del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (INCyT- CONICET, INECO, UF) de la ciudad de Buenos Aires y de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. También se encuentran trabajando con investigadores de la Universidad St. George’s de Londres y el Instituto Universitario di Studi Superiori (IUSS) de Pavia, Italia, quienes son los autores de la prueba sobre la que se encuentran trabajando actualmente.
El desarrollo de estas pruebas es indispensable para los profesionales que realizan evaluaciones psicológicas en consultorio. Vivas detalla: “Este tipo de herramientas son la regla con la que miden el funcionamiento cognitivo de la persona, y si esa regla está mal construida la medida va a ser errónea. Por ejemplo, se corre el riesgo de no detectar una demencia a tiempo o bien diagnosticar a una persona como demente cuando no lo es”.
“Los pasos habituales implican identificar un problema. En nuestro caso vimos que no había pruebas breves para evaluar el lenguaje en demencia, y luego buscar una solución. Entonces supimos de una prueba que se estaba diseñando en Inglaterra que podría servir, lo que se potenció porque ellos buscaban realizarla en diferentes idiomas. A partir de allí el trabajo se generó de manera colaborativa”, cuenta Vivas. Para ello, se necesita un traductor, pero también algún especialista en psicolingüística para poder determinar si las palabras e imágenes son equivalentes entre lenguas, es decir son igualmente familiares y presentan la misma complejidad. Además se necesitan expertos en psicometría para determinar los pasos a seguir en la adaptación del test, fonoaudiólogos, que saben sobre el funcionamiento normal y alterado del lenguaje, y neurólogos, que conocen el perfil del trastorno neurológico en cuestión.
Vivas trabaja en el área de neuropsicología desde sus inicios profesionales como psicóloga. En el comienzo de su carrera analizó fallas en la memoria episódica, memoria de los hechos vividos, en pacientes con esclerosis múltiple. Y luego llevó a cabo su doctorado estudiando la memoria semántica, es decir, la memoria de los conceptos y significados, en pacientes que sufrieron un ACV.
“La neuropsicología es un campo de trabajo apasionante ya que me permite entender mejor a la mente humana tanto en su funcionamiento habitual como en situaciones donde se producen alteraciones de distinto tipo. A su vez, hay una sinergia entre disciplinas que desafía y motoriza las preguntas que nos hacemos como investigadores”, concluye la investigadora.