Producción Nacional de Insulina Humana Recombinante

Un caso exitoso en la interacción público-privada.


Se celebró en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME) el reconocimiento al trabajo mancomunado entre quienes hacen ciencia básica, quienes apuestan a su transferencia al sector productivo, y quienes desde el sector empresarial confían en el aporte del conocimiento para lograr los mejores resultados en beneficio de la sociedad.

Desde 1997 el IBYME, la Fundación IBYME, y las empresas farmacéuticas, trabajaron juntas para el desarrollo de insulina humana recombinante. La producción de insulina tiene gran impacto social, por tratarse de un medicamento vital para la sobrevida de miles de personas.

«Poder proveer al mercado nacional de insulina redunda en beneficio de sustituir importaciones, y, por otro lado, la empresa en la cual se va a hacer la producción de insulina está capacitada para realizar también la exportación del producto» señaló el doctor Eduardo Charreau, presidente de la Fundación IBYME y ex presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

El evento contó con la presencia del ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, doctor Lino Barañao, y del presidente del CONICET, doctor Alejandro Ceccatto, quien sostuvo que «es un orgullo como presidente del Consejo estar en el cierre de un ciclo exitoso de más de veinte años y en el inicio de otro ciclo distinto pero seguramente tan exitoso como el primero».

Asimismo, planteó algunos factores disruptivos e innovadores presentes en el proyecto desde sus inicios. «Ya en la década del ´90, el IBYME estaba sólidamente establecido por su prestigio científico y liderado por el doctor Charreau, quien desde esa época ya estaba preocupado por la transferencia del conocimiento. A su vez, se pensaba en un proyecto de alto riesgo pero ambicioso para el Instituto, es lo que les pedimos a las Unidades Ejecutoras, que nos presenten desafíos mayores, de más largo plazo y mayor envergadura y riesgo. Otro elemento distintivo es la asociación con los laboratorios Beta; en esa época era difícil pensar en la asociación público-privada».

Durante la ceremonia disertaron el doctor Barañao, el doctor Charreau, la directora del IBYME, doctora Damasia Becu; el presidente de los laboratorios Denver Farma S.A., doctor José Tombazzi; el gerente de biotecnología de dicho laboratorio, doctor Néstor Anníbali. Se presentó contenido audiovisual creado para la ocasión, con la intención de narrar la historia, presente y futuro de este proyecto.

Estuvieron presentes representantes de la cartera de Ciencia, miembros del Directorio del CONICET, autoridades de Universidades, Academias, Sociedades y Fundaciones interesadas en el avance de la ciencia y la innovación.

Sobre el proyecto

En el año 1993, siguiendo los lineamientos de la Ley 23.877 de Transferencia Tecnológica de 1990, la Fundación IBYME modifica sus estatutos incorporando como nuevo objetivo la vinculación tecnológica. Esto permitió que la Secretaría de Ciencia y Técnica (SECyT) registre a la Fundación IBYME como la primera Unidad de Vinculación Tecnológica del país, generando el marco necesario para comenzar a trabajar en el tema.

A partir de allí, en el IBYME se comienza a pensar en un proyecto que a pesar de los riesgos para su implementación fuera ambicioso en sus resultados. Finalmente se aprueba el proyecto PID 802/OC-AR Nº 167/96 «Producción de insulina humana por ingeniería genética», que tiene por participantes a la Fundación IBYME, que aportó sus instalaciones y profesionales altamente calificados, y a los laboratorios Beta, empresa que en ese momento lideraba el mercado farmacéutico de la insulina.

La idea original del doctor Eduardo Charreau encontró en la industria el apoyo de un ex miembro del IBYME, el doctor Francisco Stefano, ex investigador del CONICET, quien en ese momento trabajaba en los laboratorios Beta. Juntos, y compartiendo un idioma común, dieron forma a la idea, que se transformó en proyecto y que logró evitar que muchos de sus participantes emigraran.

El doctor Néstor Anníbali, becario pos doctoral a punto de marchar a Barcelona, quien comenzó con la ejecución del Proyecto, trabaja hoy en la flamante planta biotecnológica que producirá la insulina humana recombinante.

Hace dos años, una empresa argentina comprometida con la innovación, investigación, Denver Farma S.A., adquirió la sección Biotecnológica de los Laboratorios Beta, y en el 2016 iniciaron la construcción de una planta biotecnológica para la producción de insulina. En marzo de 2017, el personal del proyecto que se encontraba trabajando en IBYME se trasladó a la nueva planta en la localidad de Garín.

«Aquel investigador básico si tiene algo que pueda ser transferible, va a hacer lo imposible por hacer dicha transferencia. Para ello debe contar con la interfase academia-empresa; con una férrea motivación; alto nivel de conocimiento; una enorme perseverancia para superar las dificultades, que no son pocas, y porque no, un poco de suerte», concluyó el doctor Eduardo Charreau.