El grupo liderado por la investigadora del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología (IPSIBAT-CONICET, UNMDP) Lorena Canet Juric fue uno de los proyectos marplatenses elegido por el Programa nacional. El proyecto ganador tiene como objetivos analizar el impacto emocional del aislamiento social, preventivo y obligatorio, obtener información sobre los niveles de ansiedad, los síntomas depresivos y los niveles de afectividad provocados por este estado de aislamiento y proveer información basada en evidencias sobre efectos emocionales del aislamiento y su relación con aspectos socio-demográficos.
Los investigadores explican que este tipo de estudios contribuye a obtener información novedosa, con un alto valor social y científico, que sirve de base para el diseño de futuras investigaciones, pero sobre todo configura una fuente de datos que facilita la toma de decisiones futuras a nivel provincial y nacional. El análisis de los resultados permitirá identificar factores protectores o de vulnerabilidad para generar estrategias de afrontamiento adecuadas y acciones tendientes a regular los efectos del aislamiento social sobre las reacciones emocionales y la sintomatología psicopatológica, detallan los especialistas.
El grupo de investigación encargado de llevar adelante el trabajo es heterogéneo y está conformado por los investigadores del CONICET Lorena Canet Juric, Laura Andrés, Sebastián Urquijo, Fernando Poó, los becarios, también del CONICET, Macarena Del Valle, Juan Ignacio Galli, Hernán López Morales, Rosario Gelpi Trudo, el becario Matías Yerro y la docenteFlorencia Bortolotto, ambos pertenecientes a la UNMDP.
“La idea de explorar las consecuencias en la salud mental surgió el primer día de decretado el aislamiento obligatorio, en principio con un interés científico sobre qué podría significar en nuestra salud mental el estar aislados por la pandemia y cómo nos afectaría o cambiaría a largo plazo. El objetivo inicial era ver el impacto del aislamiento, pero a medida que transcurrieron los días se trataba más del efecto de otras cuestiones vinculadas con la pandemia que el aislamiento en sí”, explica Canet Juric.
Los investigadores esperan que los resultados que obtengan muestren alguna continuidad con datos reportados sobre la salud mental en pandemias anteriores, pero teniendo en cuenta las particularidades del contexto argentino: “Nos interesa específicamente ver si nuestros hábitos y nuestra forma de relacionarnos con los otros y los vínculos estrechos que solemos tener como comunidad afectan de alguna forma específica nuestra salud mental”, comenta Canet Juric. Estos proyectos están pensados de base para contribuir a resolver problemas de las provincias que prestaron su aval, en este caso la provincia de Buenos Aires. La subsecretaria de Ciencia y Tecnología provincial ha propuesto en primera instancia mantener un canal fluido de diálogo para poder fortalecer la propuesta y así hacer que el conocimiento se articule con las necesidades y demandas en relación a la salud mental que vayan surgiendo.
“Para mí, y el grupo con el que trabajo, era y es importante poder aportar algo como científicos en la situación actual. En particular en mi caso, no me sentía cómoda pensando en mis proyectos vigentes sin poder aportar algo para ayudar desde mi campo de saber a la situación planteada por el aislamiento y la pandemia”, agrega la referente del grupo. Los tiempos del proyecto son particulares, porque desde el 22 de marzo están trabajando en la recolección de datos longitudinales, con tres encuestas en adultos -a punto de sacar la cuarta- y una medida sobre percepción parental de la salud mental de los niños, mucho antes de la convocatoria de los proyectos. “Estamos bastante avanzados, esperamos poder seguir manteniendo a las personas que participaron del momento inicial y continuar hasta pasada la pandemia”, concluye la investigadora.